
Generado por Microsoft Designer
Con el tiempo, uno se da cuenta de que las cosas ya no duran como antes. ¿Te acuerdas de esos celulares Nokia que aguantan de todo y cuya batería duraba una semana entera? Ahora, con los Android o iPhone, es un milagro si llegas al final del día sin cargarlo. ¿Qué pasó? Se supone que la tecnología avanza para mejorar, ¿o no?
Pues resulta que los celulares (y casi todo lo que usamos hoy en día) vienen con una especie de “fecha de caducidad”. Sí, como lo oyes. Desde que los fabrican, ya está planeado que en algún momento algo falle o se quede atrás. ¿Por qué? Porque a las compañías les conviene más que compres uno nuevo en lugar de quedarte con el mismo por años. A esto se le llama obsolescencia programada, y créeme, no es casualidad.
La obsolescencia
Para entender esto, vamos directo al grano. Según la RAE (Real Academia Española), la obsolescencia es el “proceso por el que un producto o equipo queda obsoleto como resultado de los avances tecnológicos”. En pocas palabras, todo lo que usas —celulares, autos, microondas, lo que sea— tiene un tiempo de vida limitado porque eventualmente algo más nuevo, “mejor” y más barato sale al mercado, dejándolo en el olvido.
Pero aquí viene lo bueno: muchas veces no es que el producto viejo sea malo o que lo nuevo sea realmente necesario. Es que las compañías lo diseñan para que deje de funcionar bien o simplemente no sea compatible con lo más reciente. Así nos empujan a comprar algo nuevo.
¿Por qué lo hacen las empresas?
Esto es simple: por dinero. Cuando las empresas fabrican cosas, ya tienen calculado cuánto tiempo te va a durar antes de que quieras o necesites cambiarlo. Si hicieran productos que durarán 10 años, ¿cómo seguirían ganando tanto?
Un ejemplo clarísimo es Apple. Cada año sacan un nuevo iPhone, ¿y por qué? No es solo por cambiarle el diseño o mejorar un poquito la cámara. Es porque saben que muchos van a caer en la tentación de comprarlo, aunque el modelo anterior todavía funcione perfectamente.
De hecho, en el informe financiero del tercer trimestre (Q3), Apple reportó que el 45.8% de sus ingresos viene del iPhone (ver gráfico 1). Esto significa que les conviene muchísimo que cambies de celular cada año. Fabrican el dispositivo con un costo bajo y, gracias a estas prácticas, ganan millones. Y no es solo Apple, eh. Otras marcas de celulares, electrodomésticos y hasta autos hacen lo mismo. ¿Quién no ha tenido una lavadora que empieza a fallar justo después de que se acaba la garantía?
Gráfico 1. – Portal: SENACODE
¿Y nosotros qué?
Estas prácticas nos afectan más de lo que parece. Por un lado, está el golpe directo al bolsillo. Cambiar de celular, comprar electrodomésticos nuevos o reparar cosas que se dañan antes de tiempo no es nada barato.
Por otro lado, está el daño al medio ambiente. Al comprar y desechar dispositivos constantemente, estamos generando montañas de basura electrónica que no siempre se recicla como debería.
Y, por último, está esa presión social que sentimos de estar siempre al día con lo último. Nos hacen creer que tener el celular más nuevo es súper importante, pero en realidad, ¿es necesario?
¿Qué podemos hacer?
Aunque es difícil escapar por completo de la obsolescencia programada, hay formas de resistir un poco:
- Cuida lo que tienes. Usa fundas, protectores y trata de no maltratar tus cosas. Eso ayuda a que duren más.
- No caigas en la moda. No necesitas cambiar de celular solo porque salió el nuevo. Evalúa si realmente lo necesitas.
- Repara en lugar de reemplazar. Muchas veces, una reparación simple alarga la vida de un producto. Busca talleres confiables antes de comprar algo nuevo.
- Apoya a las marcas responsables. Algunas compañías están empezando a diseñar productos más duraderos o con opciones de reciclaje. Investiga y elige bien.
Conclusión
La obsolescencia programada no es un accidente; es una estrategia para que las empresas ganen más dinero a costa de nuestro bolsillo y el planeta. Fabrican cosas que duran poco para que estemos comprando constantemente.
Pero, aunque no podamos cambiar el sistema completo, sí podemos tomar decisiones más conscientes. Cuidar lo que ya tienes, reparar en lugar de tirar y no caer en el juego del “siempre lo más nuevo” son pequeñas cosas que pueden marcar la diferencia. Y quién sabe, tal vez algún día volvamos a esos tiempos en los que los productos realmente duraban y no nos dejaban tirados tan rápido.
Referencias
https://isenacode.com/resultados-financieros-de-apple-en-q3-2024
https://dle.rae.es/obsolescencia